Las emociones siempre tienen un lugar en nuestra clase y la fiesta de Halloween nos ha dado la oportunidad de hablar de: el miedo.
Todos tenemos miedos, sentimos miedo cuando estamos ante un peligro real o imaginario y ello nos hace sentirnos inseguros, tener miedo nos es malo, porque nos ayuda a actuar con precaución y cautela ante determinadas situaciones.
En los niños son más comunes los miedos imaginarios: a los fantasmas, monstruos, la oscuridad, por ello es importante escucharles y trabajar con ellos su gestión emocional, ya que es fundamental para su desarrollo integral y así mejorar su bienestar personal y social.
Fue curioso observar y escuchar sus miedos y lo más sorprendente no se repitieron, cada uno tenía el suyo propio, lo importante es no ridiculizarlos, hablar de ellos, practicar la escucha activa y que se sientan acompañados.
La primera actividad ha sido identificarlos, más tarde localizarlos en nuestro cuerpo, ¿qué sentimos?, ¿qué nos produce?, después pasamos a representarlos gráficamente: dibujamos nuestro miedo.
Lo siguiente ha sido buscar la intención positiva de nuestro miedo, a lo mejor están ahí por algo....
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